Tal es el misterio que envuelve el delicioso arte de mezclar
bebidas hechas a base de diversos ingredientes, ya sean alcohólicos o sin
alcohol, que incluso el origen de su nombre, cocktail, está sujeto a debate. La
versión más extendida nos la explica Oriol Solà, coctelero del restaurante
Bandido en Barcelona y formado en la New York Bartending School: “La leyenda
cuenta que en la Inglaterra de 1700, en las tabernas donde los marineros
desembarcaban, había unas barricas con la mezcla de todo el líquido alcohólico
que sobraba de las barricas buenas, es decir, los fosos del resto de barricas:
una bebida claramente para bandidos y piratas”.
En inglés, la palabra cock es sinónimo de “gallo” pero
también de “tapón de barril”. Y puesto que se empleaban los finales –las colas-
de bebidas de distintos barriles para hacer las mezclas, se empezó a llamar al
mejunje cocktails, y así hasta el día de hoy. Aunque la definición poco o nada
tiene que ver con el origen. En lugar de bandidos y piratas, la noción de
cóctel nos remite automáticamente a un glamuroso local de jazz donde el humo
emana non-stop de los cigarrillos y el pianista siempre toca la canción una vez
más.
Aunque hay cócteles para todos los gustos y para –casi-
todas las horas del día, esta selección muestra quince de los que más leyenda e
historia llevan consigo. ¡Salud!
Dry Martini
Este cóctel es sin duda el favorito del agente secreto James
Bond, personaje de ficción que cambió la receta al 100%, creando una gran
polémica entre bartenders.
“Todo empezó por ese Martini agitado y no revuelto”, cuenta
Oriol Solà: “Hasta el momento, un Dry Martini siempre estaba compuesto por ginebra,
vermut dry y mezclado en un vaso mezclador, jamás hecho en coctelera”. Su
predilección por el vodka en lugar de la ginebra marcó un hito en Estados
Unidos, donde la tendencia 007 aún perdura, aunque en Europa, tras un auge
relativo, se volvió a la receta original, llamando a la bebida del atractivo
agente secreto “vodkatini”.
Gimlet
La palabra gimlet, que significa,
en inglés, barrena, ya parece indicar que esta bebida puede tener efectos
penetrantes sobre quien la beba. De cualquier modo, este trago parece llamarse
así en honor a Sir Thomas D. Gimlette, de la Marina Británica, quien
supuestamente introdujo la bebida para tratar el escorbuto que afectaba a sus
marinos, gracias a la lima que contenía la mezcla. Y en palabras de Terry
Lennox, en “El largo adiós”, de Raymond Chandler: “El auténtico gimlet es mitad
ginebra mitad zumo de lima Rose’s y nada más. Le da mil patadas al Martini”.
Tras esta máxima, la bebida arrasó en Estados Unidos.
Black Russian
Este cóctel, todo un clásico de
la guerra fría, apareció por primera vez en el año 1949, de manos de Gustave
Tops, el hombre de chaqueta corta tras la barra de caoba del hotel Metropole,
en Bruselas. Se dice que el barman creó este cóctel en honor de Perle Mesta,
embajador de Estados Unidos en Luxemburgo por aquel entonces. El nombre de la
bebida se debe a la presencia de vodka, bebida rusa por excelencia, así como al
tinte oscuro que toma la bebida al añadir el licor de café. Otra curiosidad:
cuando se añade Coca-cola a la mezcla, se le denomina Dirty Black Russian.
Tom Collins
La leyenda cuenta que alrededor
del año 1874, en varias ciudades de Estados Unidos, circulaba una broma que
consistía en preguntar al interlocutor si había visto a Tom Collins. Al indicar
éste que no conocía al mencionado Tom, se le contaba que Collins estaba ahí al
lado -fuera en un bar, en la esquina…- hablando sobre él, y animaban a éste a
ir en su búsqueda para ajustar cuentas. Esta travesura se hizo famosa y marcó
el carácter de este cóctel, hecho a base de ginebra, zumo de limón, azúcar y
soda, servido en vaso alto sobre hielo.
Piña Colada
Atención, la piña colada no es un
trago cualquiera: es la bebida emblemática de Puerto Rico y cuenta la historia
que se inventó el 16 de agosto del año 1954 en el Beachcomber Bar, del hotel
Caribe Hilton de la ciudad de San Juan. El hotel había encargado al creador del
excelente trago, Ramón “Monchito” Marrero, que creara una bebida distinta a
todas y que debía convertirse, a la larga, en el trago exclusivo del hotel que
hiciera las delicias de su refinada clientela. Tras meses de pruebas, lo
lograron. En el año 1978, el gobierno de Puerto Rico la convirtió en la bebida
oficial del país.
Como el nombre indica, este
cóctel es de altura. Hecho de whisky, vermut y angostura, y decorado con una
cereza roja, su supuesto origen se remonta a la década de 1870, en el Manhattan
Club de Nueva York a manos de Iain Marshall, quien creó la mezcla con ocasión
de un banquete ofrecido por Lady Randolph Churchill, madre del famoso primer
ministro británico para celebrar la candidatura presidencial de Samuel J.
Tilden. Tras el éxito del evento, la bebida se convirtió en un must de la época
y ha sido y es un indispensable de toda barra que se precie hasta el día de
hoy.
Mojito
El popular cóctel cubano,
elaborado con ron, azúcar, menta, lima y soda, siempre ha sido una de las
peticiones más habituales en las barras de todo el mundo, y es que su dulzura y
frescor característicos no son para menos. La bebida se inventó en La Bodeguita
del Medio, en La Habana, donde Ernest Hemingway solía beber. Y aunque el autor
se ha relacionado con un gran número de bebidas, el Mojito fue sin duda uno de
sus favoritos. Otros adictos al mojito conocidos fueron Brigitte Bardot, Nat
King Cole, Jimmy Durante, Erroll Flynn y muchos más.

Mai Tai
Este exótico brebaje, elaborado a
base de ron, licor Curaçao y zumo de lima, de estilo polinesio, no tiene un
origen claro. Algunos dicen que lo inventaron en Oakland, California, en 1944,
en un restaurante llamado Trader Vic’s, pero su rival, Donn Beach, aseguró que
él ya había elaborado esa bebida once años atrás, en su local de Hollywood,
aunque ambas recetas son bastante distintas entre sí. Se dice que Victor J.
Bergeron, de Trader Vic’s, creó la bebida para unos amigos tahitianos que
estaban de visita. Al probar el primer sorbo, uno de ellos exclamó “Maita’i roa
ae!” (que significa literalmente “muy bueno!” en tahitiano) y de ahí surgió el
nombre.

Bloody Mary
Como en la mayoría de casos, hay
más de una teoría sobre el origen de este original trago, aunque todo apunta a
que fue Fernand “Pete” Petiot, quien elaboró una primera versión del clásico
cóctel a principios de 1920, en el más que conocido Harry’s New York Bar de
París. Después de la infame Ley Seca, Petiot hizo cruzar el charco a la bebida
hasta Manhattan, ya que por aquel entonces era el encargado del refinado King
Cole Bar del St. Regis Hotel, donde el barman modificó ligeramente la receta,
creando el Red Snapper, primo del cocktail original.

White lady
Aunque este cóctel es más bien
poco conocido, lo cierto es que tiene una historia interesante. Se trata, junto
al Pink Lady, de un cóctel concebido exclusivamente para mujeres, por la
delicadeza de su composición. De la familia de los sours –licor, como bourbon o
whisky, combinado con zumo de lima o limón, clara de huevo y endulzante-, el
White Lady se atribuye principalmente a Harry MacElhoein, que lo habría
inventado en 1919 en el Ciro’s Club de Londres. Aunque supuestamente usó
originalmente crème de menthe, más tarde la sustituyó por ginebra en el
emblemático Harry’s New York Bar de París, hacia el año 1929. Supuestamente,
este femenino cóctel era una de las opciones favoritas de Laurel y Hardy,
conocidos popularmente como el gordo y el flaco.

Tequila sunrise
Este sugerente cóctel lleva en su
nombre todo lo que se debe saber de él: que está hecho a base de tequila y que
sus colores recuerdan a la salida del astro rey. Existen dos maneras de
preparar la bebida: la original, cuya composición es de tequila, crema de
cassis, zumo de lima y soda, y la versión más popular, de tequila, zumo de
naranja y jarabe de granadina. Se empezó a servir el original en los años 30 y
40 en el Arizona Biltmore Hotel, donde fue creado por Gene Sulit. La segunda
versión del popular trago la inventaron Bobby Lazoff y Billy Rice en el
restaurante Trident de Sausalito, California a principios de los 70.
Negroni
“Cuenta la leyenda que en 1919,
en el Caffè Casoni de Florencia, lugar de encuentro de la aristocracia, el
Conde Camillo Negroni inventó el cóctel homónimo al pedir al barman, Fosco
Scarselli, que diera a su cóctel favorito, el Americano, un poco más de fuerza
sustituyendo la clásica soda por ginebra”, nos cuenta Mario Zago, bartender del
popular bar de copas Dolce Vita en Firenze. Al cambiar la decoración de limón
característica del Americano por una de naranja, el Negroni cobró su identidad
propia y se convirtió, rápidamente, en un éxito rotundo. Tras esto, la familia
Negroni fundó la Destilería Negroni en Treviso, Italia.

Margarita
Se dice que, una tarde de octubre
del año 1941, el bartender de la Hussong’s Cantina en Ensenada, México, Don
Carlos Orozco, se puso a probar y experimentar nuevas combinaciones,
aprovechando que no había demasiada clientela en el local. Al llegar,
inesperadamente Margarita Henkel, hija del embajador alemán en el país, Don
Carlos le ofreció un trago de la mezcla que se traía entre manos y, tras su
completa fascinación por la combinación, decidió bautizar la bebida en su
honor. Otra explicación, más sencilla, es que el Margarita no es más que una
versión de la popular bebida americana llamada Daisy, pero cambiando el brandy
por tequila y creando su propio “daisy mexicano”.
Kir royale
El primer Kir surgió en Borgoña,
en Francia, alrededor de 1940 en honor de Félix Kir, héroe de la resistance
francesa durante la Segunda Guerra Mundial y, más tarde, alcalde de Dijon. El
personaje, muy popular en su comunidad, siempre quiso dar apoyo a los productos
de la zona, como el Aligote, un vino blanco muy ácido, y el dulce licor llamado
Crema de Cassis, hecho a partir de grosella negra que, combinados, crearon un
delicioso cóctel llamado Kir. Tal fue el éxito de esta bebida que pronto toda
Francia disfrutaba de la misma, y en cuanto la clase alta decidió probar su
propia versión cambiando el vino blanco por champagne, surgió el clásico y
elegante Kir Royale
Daiquiri
Este cóctel, hecho de ron blanco
y zumo de lima, es un símbolo cubano que lleva el nombre de una playa y de una
mina de hierro cerca de Santiago de Cuba y cuyo mejor exponente es el mezclado
en uno de los bares más famosos del mundo, el Floridita, en La Habana. Se
cuenta que el cóctel lo inventó un ingeniero norteamericano que trabajaba en
esa mina, llamado Jennings Cox, al terminársele la ginebra y no tener otra idea
que servir a sus invitados el ron local mezclado con zumo de limón y azúcar.
Junto al mojito, el Daiquiri fue una de las bebidas favoritas de Hemingway,
como demuestra su cita célebre: “Mi mojito en La Bodeguita, mi daiquiri en El
Floridita”.
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